* Por Carlos Mendoza
En cuanto a mi experiencia como staff en el CONEICC, considero que tiene cosas buenas y cosas malas, pero al armar un evento tan grande como lo fue éste, estos “deslices” por así llamarlos siempre están implícitos, aunque considero que si hubo cierta desorganización.
Desde la organización previa con y hacia el staff, se pude ver una desorganización justo con las organizadoras del CONEICC, si bien no es fácil mover tanta gente de staff, desorganizados muchísimo menos, en las juntas que se tuvieron semanas antes del evento, la gente que acudía a éstas para ser parte del staff se mostraba confundida y no sabía lo que tenían que hacer.
Durante el evento se pudo resolver y el staff tenia labores asignadas pero eso no impidió que “cierta” desorganización entre las organizadoras, una vez más, se dejara ver a la luz. Entre gritos por radio de unos a otros para solucionar detalles y problemas que surgían mientras que el evento transcurría, nosotros como parte de la producción de este evento podíamos ver la desorganización; problemas que se pudieron haber pre-visto con una organización para así solo tratar los detalles que fueran surgiendo , porque si bien la organización es la base de todo evento, siempre hay que visualizar que durante la producción de todo evento los detalles, surgen.
La entrega del reconocimiento a Carmen Aristeguí fue precisamente un ejemplo, que, aunque formo parte del CONEICC, tuvo lo que muchas otras ponencias o pláticas no tuvieron, organización.